miércoles, 8 de julio de 2009

jovencitas follando

Ella accedió, y al quedarnos solos nos dirigimos hacia la discoteca de la zona, yo no cabía en mí de gozo de tenerla cerca, por la noche y solos en el coche. “¿Qué te apetece tomar Marina?”, pregunté inocentemente, “la verdad que al discutir se me han quitado las ganas de bailar, Víctor” comentó ella.

“¿Por qué no me llevas al mismo sitio que hemos estado esta mañana?”. Yo no dije una palabra, y rápidamente giré el coche con un cambio de sentido en la carretera producto de mi excitación.

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